Puedo hablar por los codos o puedo no hacer ruido. Puedo ser extrovertida o tímida. Puedo ser madura e inmadura a la vez.
Si me invitas al cine, aceptaré, sean entradas para una película de acción o de amores imposibles. Si de fondo suena una de mis canciones favoritas, dejaré de hacer lo que estoy haciendo y me pondré a canturrear inevitablemente. Y si me haces sentir especial, te haré sentir el doble porque tengo esa curiosa manía.
Me gusta dar consejos que no llevo a la práctica y me gusta la gente con personalidad e ideales. La que me aporta cosas y la que siempre intenta entenderme. Me gustan las mañanas de lluvia en la cama, las tardes de guitarra y cerveza y las noches de bailes improvisados. Pero no soporto la rutina y escuchar noes muy a menudo, y no precisamente porque esté acostumbrada a los síes.
Soy de las que no mienten porque aún no han aprendido, de las que aspiran demasiado alto y de las que no se suelen rendir. Pero también soy de las que tienden a pensar primero que su jersey está manchado si un chico mira demasiado.
Creo que todo es relativo, que nada es lo que parece y que los "nunca" no existen. Que pueden contarse historias sin articular palabra y que los besos son algo maravilloso.
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