·Quizá aún no lo sepas, pero me tapo la boca al reír, cuento hasta tres antes de hablar y salgo mal en las fotos. Tengo el busto pequeño, la tez blanca y las ideas poco claras. No fui popular en el instituto, soy torpe y no me gusta mi espalda ni que las mallas marquen demasiado mi trasero. Prefiero esconderme a ser vista, me tiemblan las manos si te admiro y tendré miedo de decir algo que no te guste. Me preocupo bastante por mi peso, tengo los ojos más comunes del mundo y mis dientes son feos. Creeré que no te intereso incluso cuando me grites a viva voz lo contrario, leeré esta entrada diez veces antes de publicarla y me considero bastante fácil de olvidar, poco importante.
·Quizá aún no lo sepas, pero él adora verme reír y quiere regalarme una sesión de fotos. Desea besar cada centímetro de mi cuerpo y considera dulce mi torpeza. Escucha atento todo lo que digo y, a veces, me mira a los ojos durante minutos y los dibuja en su mente una y otra vez, maravillado. Leerá esta entrada diez veces porque le encanta leerme y según él, nunca olvida las cosas importantes. Y yo soy su cosa importante.

