domingo, enero 8

La estupidez sigue rozando límites insospechados en pleno siglo veintiuno. Se sueña poco porque no hay tiempo. Se sabe poco de la pasión, de la dedicación plena y de la ilusión. Nos sentimos solos y también feos al comprobar que la actriz de algún anuncio tiene los ojos verdes y las piernas delgadas. Somos injustos, estamos ciegos. Tenemos malas expectativas. Nos creemos cool si nuestra blackberry es de color negro metalizado y si nuestro número de seguidores en twitter supera los cien. Nos hemos vuelto conformistas, somos gente "normal" y eso nos hace muy felices. ¿Por qué no me dices algo que no haya escuchado aún? Sé tú donde todos olvidaron quiénes son. Sorpréndeme y grita que en la calle no sólo hay tráfico contaminante y transeúntes que forman parte de un juego llamado capitalismo. No quiero quedarme en la superficie, me apetece ir más allá. Ansío conocerte. Encuéntrame. Hazme el amor en medio de una guerra constante, sobre un mundo que se cae. 

martes, enero 3

cosas que nunca te diré

























Nunca te diré "te quiero" en cinco idiomas distintos, ni te hablaré de lo mucho que dolía ver tus ojos en la noche, sin remedio. Jamás te contaré que nadie más supo de mis sueños ni se molestó en hacerlo, y qué sitios de mi cuerpo siguen intactos aún y no los alteró el viento. No te confesaré que no hice caso a tus consejos, que no me valoré, ni siquiera en silencio. Que el tiempo se me escapa entre los dedos, severo y leve, efímero como se pasa un segundo entre acordes de Mark Knopfler, entre amores de colegio. Nunca sabrás que crecí en parte gracias a ti, que me duelen los eneros. Que aquella que fui se fue y me dejó sola este invierno. Sin ti, sin mí, sin ellos.

Nunca te diré "te quiero" en cinco idiomas distintos, quizá porque, después de tanto quererte, no te quiero.